sábado, 28 de junio de 2008

SARAMPIÓN

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Unos días antes de la aparición del sarampión, los niños se quejan de cansancio, están desapacibles, estornudan mucho, se les irritan los ojos y tienen una tos seca. A estos síntomas se le añade una fiebre bastante alta, la tos y los estornudos aumentan, los ojos lloran y el niño tiene horror a la luz. Al fin se presenta la erupción, que empieza generalmente en torno a la boca y nariz y acaba por extenderse a todo el cuerpo.

En el sarampión hay que tener en cuenta las complicaciones y enfermedades que suelen presentarse como secuela, entre ellas la bronquitis capilar y la inflamación de los ojos que pueden ocasionar úlceras de la córnea y pérdida de la vista, si no se lleva un cuidadoso tratamiento que ha de ajustarse estrictamente a lo cambios que el homeópata vaya observando en ese seguimiento. Por ser el sarampión una enfermedad infecciosa, el paciente debe ser aislado tan pronto como se le manifiesten los primeros síntomas. Desde el momento del contagio hasta la aparición de la erupción, pueden transcurrir unos 14 días.

Al niño se le ha de evitar la luz directa debido a la fotofobia, y se ha de lavar con agua tibia, por lo menos una vez al día.

Veamos los medicamentos más usuales y seguros:

ACONITUM: Remedio principal en el estado inicial: fiebre alta, piel seca, cabeza caliente, ojos muy irritados y temor a la luz.

PULSATILLA: Las molestias catarrales son las que más resaltan; la erupción se resiste a salir y el paciente siente frío.

BELLADONNA: Dolor de garganta, sed y molestias al tragar, tos seca, convulsiva, más intensa por la noche; si la erupción no brota, hay dolor de cabeza que está congestionada. Fotofobia por inflamación de los ojos.

EUPHRASIA: Los síntomas catarrales se presentan muy intensos; tos y fuerte oftalmia con abundante lagrimeo.

IPECA: Vómitos con opresión sobre el pecho; acumulación de mucosidades en la parte alta del pecho.

BRYONIA: La erupción se resiste a salir; congestión bronquial, con tos intensa y seca, y dolores punzantes agravados en cada inspiración.

SULPHUR: Se recomienda igualmente en los estados congestivos del pecho y en las pulmonías declaradas.

ARSENICUM: Náuseas, vómitos y opresión en el pecho. En casos especialmente graves, con síntomas tifoideos, se ensayará Arsenicum, Phosphorus y Rhus tox.

Contra la tos que suele quedar después de pasado el sarampión, entran en consideración Bryonia, Sulphur, Causticum, Hyosciamus, Drosera, etc. Si el sarampión da lugar a inflamaciones glandulares, se ensayarán Árnica, Dulcamara o Mercurius. Escozor y picazón de la piel precisan Nux Vómica, Sulphur y Arsenicum.

Si el sarampión domina epidémicamente en una región, se administrará, al menor enfriamiento, con o sin tos, cada día una dosis de Pulsatilla. De forma general, el sarampión bien llevado sigue un curso benigno.

RUBÉOLA

Es un exantema contagioso semejante al sarampión, que se presenta ordinariamente al principio de la estación fría, por lo común inofensivo y de curso favorable. Contra la fiebre puede emplearse Aconitum y contra la excitación o intranquilidad, Coffea.
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