viernes, 27 de junio de 2008

* CURACIÓN *

Parece ser que la idea general de curación consiste en la desaparición de la manifestación patológica. Por ejemplo, la desaparcición de una erupción cutánea bajo tratamiento sería una curación. La extirpacion de las hemorroides sería tambien una curación. En una enfermedad aguda bastaría que bajo tratamiento, el proceso hubiera pasado para conceptuar al enfermo curado de aquella enfermedad.

No se puede tomar el concepto "eliminación de síntomas" como sinónimo de curación. El homeópata no cura al enfermo si suprime tan sólo los síntomas o modifica el aspecto de éstos, o altera la apariencia de la enfermedad imaginándose con esto que ha restablecido el orden.

El enfermo tratado con los remedios homeopáticos experimenta una íntima sensación de mejoría interna cada vez que desaparece un síntoma externo, que es lo que verdaderamente ocurre en el proceso de la curación.

La curación debe operarse sin violencia y debe ser continua y permanente. Cuando un síntorna externo ha sido quitado violentamente, por ejemplo, una neuralgia, el resultado no puede aceptarse como una curación aunque haya una rápida supresión del dolor. Cada vez que se tiene que recurrir al empleo violento de medicamentos, no se produce la vía correcta en su acción ni en la reacción que sigue a la administración. La enfermedad dinámica, en su esencia, no ha cambiado; lo que solamente ha cambiado son sus manifestaciones. Guando reaparezca la neuralgia, lo hará con manifestaciones mucho más agudas, pues el síntoma de dolor fue mecanicamente acallado.

Sólo puede ser suave la manera de curar que siga la vía natural, restableciendo el orden y eliminando la enfermedad. Así, pues, el tratamiento que corrige el trastorno dinamico sigue su curso produciendo raramente la menor ondulacion; se corrige el desorden de la propia energía vital, y por este hecho, hasta lo más exterior del hombre entra en orden. Todo vuelve al orden desde el interior, la acción curativa se establece en toda la economía humana. Puede ocurrir, sin embargo, que al principio del tratamiento, por muy apacible que sea su acción, la reacción que le sigue pudiera ser brusca o violenta debido a la reaparición de viejos estados patológicos suprimidos en su día. Esta agravación es claramente cosiderada como favorable, ya que la eliminación toxínica de antiguas dolencias producirán en breve tiempo un estado real de curación.

LA HOMEOPATÍA
¿A quién cura?

¿A quién puede curar la Homeopatía? La homeopatía puede curar a todo aquel que dispone de capacidades vitales ("defensivas", inmunitarias, humorales, neurológicas, psíquicas, etc) y que no curan espontá_ neamente porque requiere un estímulo reactivo. Este estímulo lo proporciona el medicamento homeopático bien seleccionado.

Un individuo puede ser tratado con éxito si:

a) Tiene capacidad de reacción.
b) Padece un proceso potencialmente reversible.
c) Se dispone de un cierto tiempo para obtener una respuesta favorable.

Tiene menos posibilidades en:

1º) Afecciones de indicación quirúrgica inmediata: apndicitis aguda, peritonitis, cuerpo extraño, etc.
2º) Pacientes de cuidados intensivos (sepsis, deshidratación, shock, cardiopatías agudas, etc).
3º) Enfermos psiquiátricos: psicóticos o neuróticos graves, cróni_ cos o en proceso de agudización.
4º) Inmunodeprimidos graves: tumorales o afectados por tratamientos inmunodepresivos.
5º) Lesiones irreversibles orgánicas o funcionalmente consideradas.

No hay comentarios: